hug-2054837_1920

Cuando alguien nos lastima es natural sentirse con deseos de atacar al ofensor o incluso por miedo a sufrir más ofensas se puede optar por huir de la situación ofensiva. Otros pueden tomar el camino de la venganza (como el dicho “ojo por ojo”), o buscar enérgicamente la justicia frente a una ofensa cometida. Todos estos mecanismos se enfocan en retener una emoción, es decir “guardar el veneno” y no favorecen a nuestra salud mental, pero ¿Cómo puedo recordar sin dolor?

“Yo perdono, pero no olvido…” ¿alguna vez han dicho esto? Si lo han hecho, pues… es cierto. El recordar una ofensa es un proceso automático, que responde a estímulos externos que se pueden encontrar en cualquier parte y los sentimientos que evoca ese recuerdo no se pueden modificar de forma voluntaria. Lo que sí se puede modificar es la forma como reaccionamos a estos sentimientos. Cada vez que se recuerda el dolor por la ofensa cometida es como reabrir una herida, recuerdas el daño hecho y el recuerdo de ese sufrimiento te hace revivirlo, esto es importante reconocerlo para empezar el proceso del perdón. Pues si no controlamos nuestra reacción a la emoción que nos produce el recuerdo doloroso, se va a transformar en conductas destructivas hacia quien nos hizo daño, ya sea deseándole el mal o buscando mecanismos para vengar la ofensa.

El perdonar es un proceso voluntario que requiere determinación, no es una debilidad, no justifica la ofensa cometida, ni la minimiza, sin embargo es terapéutico y abre el camino para sanar esa herida y seguir adelante, aprendiendo de la situación. Como todo proceso, el perdonar tiene varias etapas, que van desde el análisis y reconocimiento del daño sufrido, tomar la opción de perdonar, aceptar el sufrimiento y la ira, establecer estrategias de autoprotección (como lo es el análisis de las emociones y cómo responder a ellas) y por último realizar una expresión explícita de perdón. El proceso de perdonar es dinámico, no tiene un tiempo determinado; Sin embargo lograrlo es el camino más beneficioso para nuestra salud mental.

Dejar un comentario